Se dice que Dubai es una especie de patio de recreo para adultos, donde hay que cumplir ciertas reglas. Los dubaitís son una sociedad muy tradicionalistas en la que hay fuertes contrastes entre los hombres y las mujeres, entre los ricos y los pobres, entre los nativos y los turistas.
- ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Lo primero que me llamo la atención nada más aterrizar en Dubái fue el contraste de la ropa entre hombres y mujeres. Ellos de blanco impoluto ellas de negro riguroso.
La forma de vestir diferencia también la procedencia. Los hombres nativos suelen llevar una túnica blanca llamada kandora y un turbante. Las mujeres llevan una túnica negra llamada abaya y un pañuelo que se llama hijab.
Ahí ya empiezas a notar un choque cultural. Yo, que me considero una mujer de mente abierta y tolerante con costumbres y tradiciones, sentía que me estallaba la cabeza, el ver a esas mujeres, tan tapadas, vestidas de negro de los pies a la cabeza, en un país cuyas temperaturas rondan los 42 grados, sabiendo que el negro es el color que más calor absorbe. No podía dejar de pensar que iban en una especie de sauna portátil…
En contraste con ellos, que visten con el blanco y que es el que menos calor absorbe y por lo tanto es el más fresquito.
Hay empiezas a apreciar, lo afortunada que somos las mujeres occidentales, aunque aún nos falten unos pasos para alcanzar la plena igualdad con los hombres.
No es nada fácil la vida de una mujer en Dubái, dentro de una sociedad tan machista, en el que están consideradas como ciudadanos de segunda clase.
Estas son algunas de las desventajas de ser mujer en Dubai:
Tienen que pedir permiso a un hombre (padre o hermano) para casarse o volverse a casar.
Tienen prohibido casarse con un hombre no musulmán.
La mujer casada no puede tener un trabajo sin el permiso expreso de su marido.
Una mujer puede ser condenada si denuncia una violación y si es madre soltera puede ser deportada.
Puede ir a la cárcel 3 años si convive sin estar casada.
Sólo se puede divorciar en el caso que presente pruebas de violencia o abandono por parte de su marido.
Si sufre un aborto involuntario y busca tratamiento en un hospital, existe la posibilidad de que se le acuse de intentar abortar por voluntad propia y el aborto está estrictamente prohibido incluso en caso de una violación, por lo cual podía ser condenada.
Por otro lado, durante los días que estuve en Dubai puede apreciar que los centros comerciales están llenos de tiendas de lujo en los que las mujeres dubaitís gastan importantes cantidades de dinero principalmente en ropa interior, zapatos, bolsos de las mejores firmas y por su puesto en joyas.
Según el islam, los hombres tienen prohibido utilizar el oro y solo pueden regalarlo a sus mujeres como muestra de amor, belleza y poder. En Dubái se encuentra el principal mercado de Oro, por eso se conoce como el “Dorado” de Oriente Medio. Pero que los hombre no lleven joyas no significa que no puedan conducirlas como coches chapados en oro o cubiertos de diamantes.
- CONTRASTE ENTRE RICOS Y POBRES
Pero, como decía mi abuela: “No es oro todo lo que reluce”.
Dubai es conocida como una de las ciudades más prosperas del mundo, al ser el centro de negocios global de Oriente Medio.
LOS RICOS
La renta per cápita de los emiratíes está entre las más altas del mundo.
Los nativos del país no son pobres ni mucho menos ya que por el mero hecho de haber nacido allí tienen una serie de privilegios.
Lo primero que debemos tener en cuenta, es que de los 8 millones de habitantes con los que cuenta los Emiratos, tan solo un 20% son nativos y por lo tanto ciudadanos con plenos derechos. Podíamos decir que han sido tocados con una varita mágica ya que tienen una serie de privilegios como: agua, electricidad, sanidad y seguridad social gratis o educación gratuita a todos los niveles incluyendo Universidades extranjeras.
Otro privilegio del que gozan y que a mi particularmente me llama la atención es el de las bodas. Cuando se casan y el cabeza de familia tiene menos de 3000€ de ingresos, recibe del estado 14.000€ para que pueda hacer una boda en condiciones como dios manda o mejor dicho, como Ala. En cuanto a la vivienda, el gobierno te da una parcela para hacerte una casa, pero si tu sueldo es inferior a 2000€ el gobierno te asigna una o te da dinero para su construcción con un préstamo sin intereses.
Para jubilarse, cada trabajador aporta 5%, la empresa un 15% y el gobierno 6% del sueldo.
Sus sueldos son superiores a cualquier extranjero que viva aquí. Y no es porque hagan mejor su trabajo, es que está así establecido por ley. El sueldo mínimo de los recién licenciados de cualquier carrera es de unos 4.000 euros al mes. En cuanto a los funcionarios del sector público el 52% son emiratíes, mientras que en sector privado solamente representan un 4%. Principalmente la diferencia se debe a que los funcionarios gozan de mejores sueldos y horarios. Además, de vez en cuando, el gobierno decide tener un detalle con ellos. Por ejemplo, en 2008 el jeque subió la paga de beneficios un 70% y a finales de 2011 decidió aumentar el sueldo a todos los funcionarios entre un 35% y un 40% para celebrar el 40 aniversario de la creación de los Emiratos. A los empleados de la autoridad judicial les regaló un bonus por el 100% de IRPF. Otro privilegio de que gozan es que no pagan impuestos.
Otros beneficios son tarifas especiales en telefonía, bancos o taxis.
El mimo con el que se trata a los ciudadanos hace que ni se plateen cambios políticos ni elecciones. Dame pan y dime tonto.
LOS POBRES
Los pobres de Dubái se concentran en Sonapur, una parte de Dubai que ni siquiera aparece en el mapa.
Lo primero que tenemos que saber a la hora de hablar de pobres en Dubái es que son todos extranjeros procedentes de India o de Indostán, que debido a la necesidad de trabajo se han visto obligados a abandonar su país para emigrar allí, en busca de unos sueldos que no suelen ser los que les prometieron. Estos emigrantes son trabajadores no cualificados que pertenecen al sector de la construcción o servicios. Para los occidentales también hay oportunidades de trabajo con salarios más altos, siempre en trabajos cualificados y puestos de mando.
En Dubái no hay paro, porque al ser extranjero y no tener trabajo, tienes un periodo de un mes y medio para abandonar el emirato. A pesar de ello son muchos los que se afanan en seguir trabajando para los ricos magnates. Hay muchos trabajadores inmigrantes que ganan sueldos miserables (alrededor de 200-300 euros) en una ciudad en la que el precio de las cosas es muy elevado. Por eso, se ven obligados a compartir una habitación con más gente y vivir en condiciones lamentables. Pero este tema no se toca, no hace bonito por lo que se desalienta a los periodistas de los Emiratos Árabes unidos a escribir sobre la pobreza para no romper con la imagen de lujo que tiene el país. El gobierno simplemente controla la información.
- NATIVOS Y TURISTAS
Antes de aventurarte a viajar a Dubái debes tener en cuenta que conserva unas solidas raíces tradicionales, pese a la apariencia futuristas de los impresionantes edificios de su ciudad.
Por ello si eres mujer y estás pensando en viajar a Dubái, aquí van algunos consejos:
En cuanto a seguridad no hay problema, ya que se sitúa entre los primeros puestos de la lista de ciudades más seguras del mundo. Pero en cuanto a ropa se refiere… se recomienda a las mujeres ir recatadas, cubrirse los muslos y los hombros, por lo cual conviene llevar faldas largas o pantalones holgados en la maleta. Por supuesto si piensas visitar una mezquita local además te debes cubrir la cabeza con un pañuelo.
Los bares y locales nocturnos de Dubái son otra historia: allí puedes vestir como si estuvieras en tu país pero si vas a salir por la calle cúbrete para evitar situaciones incomodas.
No hay problema en usar bikini en la playa o en la piscina, pero no hay que ir en bikini fuera ya que puedes ofender a los lugareños, así que ni se te ocurra hacer topless. De hecho en la playa vemos contraste entre mujeres turista con bikini y locales con burkini.
La ventaja de ser mujer es la Lady Night o noche de chicas una estrategia de marketing en la que a las mujeres se les ofrece copas gratis, cenas a mitad precio, entradas gratuitas…
Otra cosa que debes tener en cuenta a la hora de viajar a Dubái es que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son ilegales y podrías tener problemas ya que se castigan con cárcel y deportación.
En cuanto a si perteneces al colectivo LGTB no es aconsejable viajar a este país, podrías tener serios problemas. Esto no significa que no haya gais dubaitís pero tienen prohibido serlo.
En Dubái los derechos LGTB están severamente reprimidos. Las muestras de afecto en público de parejas heterosexuales se contemplan con malestar, pero entre parejas del mismo sexo están estrictamente prohibidas. Es habitual ver a lugareños hombres cogidos de la mano, y a gente que se saluda frotándose la nariz, pero todo esto es de tipo platónico.