Yeda significa “abuela” en árabe y una leyenda dice que Eva, la primera mujer según la Biblia (la mujer de Adán), está enterrada aquí. La ciudad es la puerta de entrada de los peregrinos musulmanes que se dirigen hacia los lugares Santos de Medina y la Meca.
Después de nuestra estancia en Jordania visitando Petra y tras un día de navegación disfrutando de los placeres del barco, llegamos a Arabia Saudí, más concretamente a Jeddah o Yeda como le dicen otros.
La excursión que elegí hacer fue:
“DESCUBRA LA ANTIGUA YEDA: PATRIMONIO DE LA UNESCO”.
La mañana había empezado con la maldita burocracia del puerto para conseguir sacar un visado que me permitiera la entrada en el país, como ya os conté en el post anterior. Sin tiempo para comer y corriendo con el pasaporte y el visado conseguí llegar al autobús que estaba a punto de salir rumbo a la excursión, la cual se hacía con guía de habla inglesa, porque Arabia aun no cuenta con guías que hablen español.
Lo que ofrecía la excursión era la visita a la ciudad de Jeddah, mas concretamente a su casco histórico. Yo pensé bueno si es Patrimonio de la Unesco debe de ser un lugar interesante, no se me ocurrió, que si era una ciudad con 400 años de antigüedad en esa época aún no habían encontrado petróleo y por consiguiente no dispondrían de una economía tan rica.
La excursión te prometía descubrir la rica y vibrante cultura de Arabia Saudí en una visita de 4 horas paseando por la ciudad que para ellos, es la más liberal del país, (que imaginación tiene el que escribe el panfleto publicitario…)
El recorrido en autobús comenzó con un trayecto por la Corniche (carretera costera que bordea el mar Rojo en Jeddah). Lo más destacado que pudimos contemplar desde la ventanilla, fue el impresionante hotel de lujo Ritz-Carlton Jeddah Hotel, de cinco estrellas, lugar que elige la realeza para alojarse cuando está de visita en la ciudad.
Llegamos al centro histórico de Jeddah donde seguimos al guía árabe, dando sus explicaciones en inglés, mientras nos llevaba por callejuelas enseñándonos edificios antiguos y algún que otro palacete.
El recorrido comenzó en el exterior de la histórica casa Beit Nassif, según nos comentó el guía, sus 106 habitaciones están adornadas con obras de arte y mobiliario tradicional, cosa que debemos tener fe que así sea porque no nos la mostraron por dentro.
Las calles del casco antiguo estaban llenas de tiendas, en las que parecía que el tiempo se hubiese detenido y cuyos comerciantes nos observaban con curiosidad. Incluso alguno nos sacaba fotos desde el móvil con disimulo.
De pronto llego la hora del rezo, y el almuecín llamó de viva voz a la oración , desde el minarete y las tiendas cerraron y en la calle solo quedamos los turistas.
Después del rezo la vida volvió a las calles y en ese instante aparecieron dos hombres cantando y un grupo de bailarines que invitaron a los turistas a unirse a ellos. Fue el momento más divertido de las excursión.
Después del baile y sin haber comprado nada, pues no encontré nada que llamara mi atención, nos dirigimos a visitar un “Palacio” creo recordar que era el Palacio Ba’eshen donde nos recibieron con la típica hospitalidad árabe un vasito de plástico pequeño con algo parecido a un té y un dátil.
A lo largo del paseo por el casco antiguo llama la atención la cantidad de gatos callejeros que puedes contemplar. Están por todas partes ya que la gente los trata muy bien y los alimenta.
Tanto les gustan que hasta hay un salón para gatos donde puedes acariciarlos mientras tomas un café:
Cat Lounge American Café-Jeddah
El local tiene gatos de 30 razas diferentes a los que puedes acariciar o jugar sin dañarlos mientras tomas un café o un refresco pero solo durante media hora.
Paseando por el centro histórico de Yeda te das cuenta que es un laberinto de edificios encalados decorados con balcones cerrados de madera de teca procedente de la India. Las mamparas de los balcones están cortadas en forma de celosía y se llaman roshans, que significa “abertura de ventana”. Aquí las mujeres podían sentarse y mirar hacia la calle sin ser vistas (algo similar a los confesionarios de las iglesias)
Posteriormente nos dirigimos a contemplar la antigua mezquita desde el exterior. El guía aprovecho la parada para explicar entonces también el tema de la indumentaria de los árabes y lo que simboliza. Esta información ya os la deje en el post anterior “COSAS QUE DEBES CONOCER ANTES DE DESEMBARCAR EN ARABIA SAUDÍ.” La mezquita no la pudimos ver por dentro.
Cuatro horas después concluimos esta visita cruzamos hacia la parte nueva de la ciudad y por lo poco que pude apreciar, bastante más interesante que la antigua, llena de edificios modernos.
Llamaba la atención los escaparates de las joyerías, todas seguidas y repletas de oro amarillo resplandeciente. Las joyas se usan aquí a diario además de ser una parte importante de la dote que en caso de divorcio se llevaría la mujer.
Volvimos al autobús y rumbo al barco para zarpar con destino al siguiente puerto de Arabia. Cuando nos encontrábamos en alta mar, pude contemplar desde el balcón de mi camarote uno de los atardeceres más impresionantes que recuerdo.
Por último quiero contaros las razones que me llevaron a no elegir la excursión a Medina y es que desde el puerto de Yeda habían 3 horas de ida y 3 de vuelta en autocar. Además no podía acceder al interior de la mezquita, ya que como os comente en el post anterior, la mezquita del Profeta y la mezquita de la Meca están prohibidas para los no musulmanes.