UN CRUCERO POR EL MAR ROJO: EGIPTO-EL CAIRO

Tras la visita de Arabia Saudí, vino un relajante día de navegación hasta llegar al siguiente destino Egipto.

Hace años había visitado este país y si a vosotros os gusta esta misteriosa cultura de faraones, como a mí, os recomiendo que hagáis un crucero por el Nilo de 8 días, es una de las mejores experiencias que he tenido viajando.

Dicen que “el que bebe el agua del Nilo vuelve a Egipto”, así que ahí estaba yo nuevamente, lista para volver a revivir recuerdos del pasado.

Esta vez la excursión elegida fue: “CIUDADELA, PIRÁMIDES Y CRUCERO POR EL NILO” . Duración: 11:30 horas.

El barco atracó en el puerto de Sokhna y a bordo de un autocar nos dirigimos, como decía el panfleto, “a descubrir algunos de los lugares más icónicos de Egipto”.

• EL CAIRO

Conocida como “la joya de Oriente”, es la capital de Egipto, la decimotercera urbe más poblada del planeta. Con sus más de 20 millones de habitantes y un tráfico horrible, es ese tipo de ciudad caótica, que odias a primera vista pero que sin saber muy bien cómo, a medida que pasan las horas, hace que te vayas enamorando de ella poco a poco, mientras descubres sus maravillas y la amabilidad de su gente.

No es un espejismo es un hombre barriendo la autopista del Cairo en medio de un tráfico infernal.

• GUIZA

La visita se inició en la meseta de Guiza a unos 20Km al suroeste del Cairo. Aquí se encuentra las tres famosas pirámides consideradas, una de las 10 maravillas del mundo: la de Keops (abuelo), la de Kefrén (padre) y la de Micerinos (hijo) y la famosa Esfinge.

• LAS PIRÁMIDES

Las pirámides se construyeron hace más de 4000 años. Son grandes tumbas que los faraones mandaron construir para disfrutar de la vida eterna tras su muerte. Los egipcios creían que al morir, el espíritu de los difuntos, seguía viviendo eternamente y que para ello era necesario que el cuerpo se mantuviera intacto. Por esta razón, se momificaban los cadáveres con productos naturales como aceites, resinas y sales y luego se envolvían en vendas de lino. Además, se pensaba que en la vida de ultratumba, el espíritu del muerto seguiría necesitando sus objetos personales y alimentos, así que le enterraban rodeado de todas sus pertenencias.

El objetivo de esta construcción era resguardar la cámara funeraria, decorada con jeroglíficos, de la intemperie y del paso de los años. Por otra parte, los tesoros con que enterraban al faraón tenían un valor incalculable, así que las pirámides los protegían de posibles saqueadores de tumbas, a través de un sistema de pasadizos secretos y puertas falsas. Una vez enterrado el faraón, todas las entradas quedaban selladas. A pesar de todo ello, durante siglos muchos saqueadores, consiguieron burlar estas medidas de seguridad y hacerse ricos.

Para la construcción de las pirámides se necesitaron muchos años y miles de personas trabajando sin descanso. Los obreros trasladaban por el río los grandes bloques de piedra extraídos de las canteras y al llegar a la orilla, usaban trineos y cuerdas para llevarlos hasta la zona donde se construía la pirámide. El peso de las piedras era enorme, así que para elevarlas y poder colocar unas sobre otras, idearon un sistema de rampas de subida y de bajada. Esto demuestra que los antiguos egipcios tenían grandes conocimientos de geometría y de matemáticas, por la precisión y simetría con que fueron diseñadas. Los constructores vivían en una ciudad próxima a las pirámides y se sabe por los restos arqueológicos encontrados que eran cuidados y estaban bien nutridos.  

-PIRAMIDE DE KEOPS

La pirámide más emblemática es la de Keops, por sus dimensiones y enigmas que circulan en torno a ella. Fue construida para servir como tumba del faraón y contener su “esencia” para toda la eternidad. Las pirámides eran también una manera en que el faraón demostraba su poder y así permanecía presente aun después de su muerte. Algunos textos mencionan la creencia de los antiguos egipcios sobre la vida después de la muerte: la forma en que el faraón resucita y asciende al cielo para vivir eternamente entre los dioses, transfigurado en una estrella.

Dicen que Keops estaba tan obsesionado con la construcción de la pirámide que llego a prostituir a su hija para pagarla. En su construcción se necesitaron 100.000 hombres y 27 años. Su altura original fue de 146 metros, pero ahora es de solo 137 metros debido al deterioro de la parte superior. Cada uno de sus lados están orientados a los cuatro puntos cardinales.
En esta pirámide no ha sido encontrado ningún tesoro o vestigios de ellos, lo que genera dos probabilidades, una de ellas es que los saqueadores lograron sacar todas las pertenencias y la segunda opción es que aún se encuentran astutamente escondidas en alguna de las cámaras y pasadizos secretos.

-PIRAMIDE DE KEFRÉN

Kefrén era hijo de Keops y padre de Micerinos. A este mismo faraón también se le atribuye la construcción de la Esfinge; el Templo del Valle, un templo funerario; y la calzada procesional que va desde la pirámide hasta el templo.  Por lo que la construcción no solo implicó la creación de la Pirámide, fue todo el complejo funerario que incluye 2 templos, 2 cementerios y un barco solar. 

La Pirámide de Kefrén fue llamada la Gran Pirámide, pues, aunque era originalmente más pequeña que la de Keops, parecía más alta debido a su ubicación en un nivel más elevado sobre la meseta de Guiza. Hoy es, efectivamente, la pirámide más alta del conjunto debido al deterioro de la parte superior de la pirámide de Keops. Alcanza una altura de 143.5 metros y cada uno de sus lados tiene una longitud de 215.5 metros.

La parte superior aún conserva el recubrimiento original de piedra caliza que cubría toda la pirámide. Su interior es más simple que el de la pirámide de Keops y posee dos entradas situadas en la fachada norte, una a doce metros de altura y otra al nivel del terreno, alejada unos treinta metros de la base de la pirámide. 

La cámara del sarcófago está tallada en la roca, aunque el techo está conformado con losas de granito colocadas oblicuamente, a dos aguas. En el interior de la cámara funeraria se halla un sarcófago de granito rojo, prácticamente al nivel del suelo, pero vacío desde hace mucho tiempo. El primer explorador occidental en acceder a la cámara mortuoria, Giovanni Battista Belzoni, el año 1818, solo encontró unos huesos de vaca y unas inscripciones en árabe que habían dejado visitantes anteriores.

-PIRÁMIDE DE MICERINOS

Fue construida para el faraón Micerinos quien subió al poder tras la muerte de su padre Kefrén. Es la única de las 3 grandes pirámides de Guiza, en la que sí se encontraron restos humanos momificados. Dentro de la pirámide estaba un sarcófago de basalto, y uno más pequeño de madera, incluso había una momia que, sin embargo, no era Micerino. La Pirámide de Micerinos es más pequeña que las otras dos pirámides alcanza una altura de 66.5 metros y la longitud de su base es de 108.5 metros. Originalmente la Pirámide tenía en su base un recubrimiento de granito, mientras que su parte superior estaba recubierta por la misma piedra caliza que cubría también las otras dos pirámides. Lamentablemente estos recubrimientos se desprendieron y posteriormente fueron utilizados para otras construcciones en períodos posteriores de la historia de Egipto.
En el siglo XII el monarca Al-Aziz Uthman, hijo y heredero de Saladino, intentó demoler las Pirámides, pero se tuvo de rendir ante la dificultad de la tarea, sin embargo, consiguió dañar seriamente la pirámide de Micerinos

-LA ESFINGE

Después una visita a la Esfinge, con una parada para tomar fotos. A este monumento no se le llamaba así en el Antiguo Egipto. Se sabe que los lugareños se referían a la Esfinge como Abu el-Hol que significa ‘Padre del Terror’. La palabra esfinge se deriva del vocablo griego sphinxs. La figura combina, la cabeza humana, simbolizando la inteligencia del soberano, con el poderoso cuerpo de un león como símbolo de la fuerza. La construcción de La esfinge se atribuye a Kefrén. Sus dimensiones aproximadas son: 57 metros de longitud y 20 metros de altura.
Su función la de ser guardián de la pirámide del rey Kefrén. Tiene como característica que las medidas del cuerpo no coinciden con la de la cabeza, pues es demasiado grande el cuerpo para el tamaño y la circunferencia del rostro.

La cabeza podría representar al faraón Kefrén. Su cuerpo de animal (muchos afirman que, de león, otros dicen que de perro) hace a muchos pensar que su figura original era la representación de Anubis, el Guardián de la Necrópolis y que su cabeza de perro fue transformada en algún momento no conocido de la historia. Un punto que siempre ha causado intriga es la desaparición de su nariz, durante mucho tiempo se culpó a Napoleón de su destrucción, pero esta hipótesis se vio desmontada al encontrar los dibujos realizados por un explorador antes del nacimiento de Napoleón y ya era así de chata.
La Esfinge también poseía una larga barba que terminó desprendiéndose. La barba no fue tallada en el mismo momento que la escultura completa. Uno de los indicios es que al caerse no se dañó el mentón del monumento y se cree que fue añadida en el siglo XIV a. C. Los restos de esta barba están exhibidos en el Museo Británico.

Cuando fue creada, la estatua estaba pintada de colores vivos: rojo el cuerpo y la cara, y el nemes o tocado faraónico que le cubre la cabeza, de rayas amarillas y azules. Actualmente los colores ya no son perceptibles, debido a que la erosión. Algo que ayudó a la conservación del cuerpo fue que estuvo enterrada en la arena por muchos años.

Existen teorías que afirman que debajo de la Esfinge hay una ‘Sala de los Archivos’ que tiene documentos sobre la Atlántida

• VISITA A UN TALLER DE PAPIROS

Tras una mañana viendo pirámides, subiendo a camello, haciendo fotos…y viviendo momentos divertidos, nos dirigimos en el autocar a visitar un taller de papiros.

Aquí nos demostraron la técnica artesanal de elaboración y como distinguir los buenos de los que no lo son.

Para reconocer un auténtico papiro, este se debe poder doblar y enrollar sin problemas. El papiro se hace con lienzos cruzados y entretejidos.

Si vas a Egipto y vuelves sin comprar un papiro tu no has estado en Egipto…

Tras un breve regateo compre algunos papiros para regalar y corriendo al autocar que nos estaba esperando para llevarnos al muelle, donde un barco nos llevaría por el Nilo, mientras disfrutábamos a bordo de una divertida comida con espectáculo.

EL REGATEO

Consejo para regatear: no dudar, estar firme y seguro, son muy listos. Da igual el idioma francés, alemán, español, o esperanto… lo entienden perfectamente y se hacen entender sin problemas.

Ellos siempre ganan; nunca van a vender algo por lo que no ganen dinero, así que no hay que tener miedo en decirle un precio demasiado bajo. Se pueden conseguir cosas a un 50% del precio de partida. Sólo hay que pensar que el precio que se ha pagado es el que se quería pagar.

No coger nada con las manos porque esos es signo de interés inequívoco y entonces ya no os dejarán ni a sol ni a sombra, y si hace falta hasta os perseguirán por la calle, regateando. Cuanto menos interesados os vean, mucho mejor.

• LA CIUDADELA DE SALADINO Y LA MEZQUITA DE ALABASTRO

Tras la divertida comida, toca visitar la Ciudadela, así que vuelta al autobús y para alla que nos fuimos.

Nos dirigiremos a la fortificación medieval islámica de la Ciudadela de Saladino y su Mezquita de Alabastro, cuya privilegiada ubicación, céntrica y elevada, nos ofrece un estupendo mirador con unas vistas incomparables de la ciudad de El Cairo.

-LA CIUDADELA

La Ciudadela fue construida por encargo del sultán Saladino, en el siglo XII, a modo de fortificación para proteger la ciudad de las cruzadas, convirtiéndose en un lugar seguro en el que se establecería su residencia real.

Tiempo atrás, la ciudadela había sido una pequeña ciudad dentro de la ciudad, un caótico oasis en el que, a pesar de su reducida extensión, estaba habitada por 10.000 personas. Se dividía en barrios, contaba con un palacio y diversas mezquitas, además de varios cuarteles en los que vivían los militares encargados de proteger la ciudad.

Delimitada por una imponente muralla se asienta en tres alturas diferentes, rodeada por torres que fueron parte clave en el sistema defensivo.

-MEZQUITA DE ALABASTRO

Dentro de la ciudadela encontramos la Mezquita de Muhammad Alí, más conocida como la Mezquita de alabastro por el material que la recubre. Su historia comienza en 1830, Mehmet Alí, entonces valí del sultán turco en El Cairo, mandó erigir la mezquita en recuerdo de su hijo Tusun, caído en combate. Para ese fin hizo venir desde Estambul a Yusif Bushnak, un reconocido arquitecto de la época, quien se inspiró en la Mezquita Azul para construir esta.

Entramos por el patio en cuyo centro se encuentra la fuente de abluciones que utilizan los musulmanes para purificarse 5 veces al día antes de rezar. Tiene forma octogonal y esta cubierta por una cúpula de mármol y otra encima de madera, rodeada por 8 columnas de mármol.

En este lugar también podemos ver un “magnífico reloj” que nunca ha funcionado y que el rey Luis Felipe de Francia cambió por un obelisco que está situado actualmente en la Plaza de la Concordia de París.

Ya me imagino yo al Luis Felipe cantando el famoso bolero de los Panchos: “Reloj no marques las horas…”

La sala de oración está bellamente decorada con mosaicos, piedras preciosas y suelos cubiertos de alfombras, que casualmente ese día habían llevado a limpiar, aun así nos tuvimos que poner unos peucos de plástico en los pies para entrar. La estancia alberga el mimbar o púlpito y la tumba de Mehmet Alí, de mármol blanco cincelado y piedras preciosas.

A la salida de la ciudadela regresando ya al autobús una nube de vendedores nos invadió, así que terminamos gastando todo el dinero suelto que llevábamos comprando imanes para la nevera, bolsas de tela con faraones, camisetas… hasta que el autobús arrancó y el regateo terminó.

• CONSEJOS PARA LA EXCURSIÓN

Ropa ligera, una chaqueta fina, calzado cómodo, sombrero y gafas de sol. Para visitar la mezquita en la ciudadela: un pañuelo para cubrir la cabeza (las mujeres) y calcetines (no se puede entrar con zapatos), no lleves pantalón corto ni tirantes. Ah y no olvides llevar dinero suelto para comprar algún que otro souvenir, que te ofrecerán de forma un poco atosigante, los vendedores ambulantes que merodean a la caza del turista. Aquí te aseguro que algo compras si o sí.

Ten cuidado con el timo del camello. Según explicó el guía lo mejor es comprar en el autocar el boleto para subir en camello, pues si vas por tu cuenta te puede costar 1€ la ida y 100€ la vuelta. Negocia también la propina antes de que se ofrezcan a hacerte unas divertidas fotos en las pirámide.

El guía también te vende la entrada a una de las pirámides. No te recomiendo entrar si sufres de claustrofobia pues el pasillo es bastante estrecho y en su interior solo hay una especie de sarcófago vacío nada interesante.

Los egipcios son unos comerciantes muy hábiles, puede que te digan que te pareces a Sofia Loren, te piden un chicle o un cigarro y ya pueden iniciar una conversación para que compres algo o te saquen unas fotos por una propina. No seas antipático con ellos, piensa que se tienen que ganar la vida en un país que la pandemia del COVID a golpeado muy duramente ya que muchos viven principalmente del turismo y las fronteras se cerraron. En caso de no querer nada, se amable y sonríe mientras le dices no gracias. Soy de la opinión que debes de tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

FIN DEL VIAJE

Tras este intenso día en el Cairo, el autobús nos llevó al barco. Era el momento de preparar las maletas que debíamos dejar fuera de la habitación para el desembarque. A la mañana siguiente después del desayuno nos despedimos del barco, dando las gracias al personal que tan amablemente nos había atendido. Nuevamente un autobús nos recogió para llevarnos al aeropuerto donde pasamos por un montón de controles de seguridad, antes de subir al avión. Ya sabes lleva el pasaporte a mano junto con el billete del vuelo. No lleves nada metálico encima, como cinturón, monedas, reloj, pinza en el pelo… Descálzate, deja chaqueta, zapatos, móvil, bolso de mano… en la gaveta para que pase por el escáner. Te van a cachear cuando atravieses el arco de seguridad aunque no pites, por eso hay una fila para hombres y otra para mujeres ya que un seguridad registra a los hombres y una seguridad a las mujeres. Colabora con lo que te indiquen. Una vez pasado el control es hora de las compras de última hora en el duty free, pero antes de perderte por las tiendas asegúrate de saber cuál es la puerta de embarque y la hora. Ponte una alarma  en el móvil y comprueba de vez en cuando las pantallas, no sea que te quedes en tierra.

Con pena de que el viaje tocara a su fin sólo restaba subir al avión y regresar a Madrid.

Esta es la información, vuestra es la decisión si vale la pena  un Crucero por el Mar Rojo.

No te pierdas la próxima semana, el interesante post:
“CUENCA Y LA CIUDAD ENCANTADA”
En este post descubriremos sus dos símbolos más emblemáticos :
las Casas Colgadas y el Tormo.