LA “CHATA”, LA BORBÓN ESTIMADA

Esta es la historia de una mujer que pudo llegar a reinar y que con su nariz chata y su simpatía, supo conquistar el corazón de los españoles.

  • EL ABUELO:

Para entender la vida de la Chata, hay que remontarse a su procedencia, empezando por su abuelo, el rey Fernando VII. Para unos el rey “Deseado”, para otros el rey “Felón”. Este poseía un descomunal miembro viril ya que padecía macrofalosomía genital, un trastorno que le impedía mantener relaciones sexuales normales, para ello tenía que utilizar un cojín en forma de donut, lo que le dificultaba el poder tener descendencia.

FERNANDO VII
(España)

Por aquel entonces, España tenía la llamada ley sálica, que impedía a las mujeres reinar, pero esta ley fue derogada por medio de la Pragmática Sanción de 1830 que se inventó Fernando VII, ya que no acertaba a tener hijos varones y por fin con su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, había logrado tener descendencia, pero femenina. Que le vamos a hacer si le salió una niña, Isabel, y luego otra niña Luisa Fernanda.

  • LOS PADRES

Cuando aún no había cumplido 3 años, Isabel pierde a su padre y se convierte en reina. Como era muy pequeña para reinar nombran a su madre, Maria Cristina, como regente.

LA REINA REGENTE MARIA CRISTINA CON SU HIJA ISABEL II
(España)

Esto desembocó en la llamada guerra carlista (o machista…) Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, vió la ocasión de hacerse con el trono, porque Isabel era mujer y a él le importaba un pimiento ese invento de su hermano, de la Pragmática Sanción.

Por un lado estaban los partidarios de Carlos, llamados carlistas y por el otro bando, los partidarios de Isabel, conocidos como isabelinos.

GUERRA CARLISTA
(España)

Después de la primera guerra carlista, (que perdió Carlos) la regencia es asumida por el general Espartero. Pero finalmente las Cortes deciden adelantarle la mayoría de edad a la reina pensando que por su juventud sería manipulable.

Fue un reinado convulso lleno de corrupción donde los militares ponían y quitaban gobiernos a golpe de pronunciamientos.

​Los ministro y la camarilla religiosa de la corte (el padre Claret  y sor Patrocinio) pretendían manipular a la reina, pero esta les salió respondona interfiriendo en la política del país. Así que decidieron buscarle un marido. El candidato conto con el consenso de Francia e Inglaterra y el mismo día que cumplía 16 años, para desgracia de la reina, la casarón con su primo, Francisco de Asís de Borbón. Al ser parientes consanguíneos tuvieron que tener las dispensas canónicas y civiles correspondientes. Pero el problema era aún mayor y es que el primo era gay y tenía además el miembro viril demasiado reducido (lo opuesto a su suegro) por lo que era impotente.

Una copla popular se burlaba de él diciendo: Paco Natillas, es de pasta flora, y mea en cuclillas, como una señora.

La propia reina Isabel II contaba que la ropa interior de su marido tenía más encajes y puntillas que la de ella.

LA REINA ISABEL II CON SU MARIDO FRANCISCO DE ASIS
(España)

Este fiasco de matrimonio llevo el escándalo a la institución monárquica, con una reina promiscua y ninfómana, rodeada de amantes y un marido gay.

ISABEL II Y SUS AMANTES
(España)

Con estos antecedentes, no es de extrañar que el nacimiento de la hija primogénita de Isabel, se atribuya a uno de los amantes de la reina, más concretamente a José Ruiz de Arana y Saavedra, duque de Baena, por eso a la niña, también llamada Isabel como su madre, se la conocía con el mote de la Araneja.

  • SU NACIMIENTO

Un 20 de diciembre de 1851 nace la infanta Isabel. El día de su bautizo, un cura loco llamado Martín Merino, intentó asesinar a Isabel II, con un cuchillo, pero no pudo al tropezar con el duro corse de la reina. Fue detenido y ejecutado 5 días después, pese a que la reina intentó evitarlo.

Su supuesto padre (el natillas), aunque no fue el más cariñoso del mundo, si se preocupó por su educación, basada en el estricto protocolo de la corte española, además de que aprendiera a escribir, leer, algo de matemáticas y algunas nociones de geografía e historia. También le daba importancia al aprendizaje de artes como la pintura y la música.

LA CHATA Y SU MADRE
(España)

Esto influiría en que la infanta fuera mecenas de músicos y tuviera gusto por la música clásica asistiendo a muchos conciertos y operas. Pero también tenía otras aficiones como los caballos, la caza y por supuesto las corridas de toros, de las que era entusiasta y asistía a todas las que podía, con su teja, mantilla y clavel en el pecho, además conocía a los toreros personalmente.

LA CHATA EN LOS TOROS
(España)

Sin duda de su madre heredo lo de ser campechana, la naturalidad y facilidad para contactar con todo tipo de personas. Esto hizo que se fuera ganando el afecto del pueblo que le puso el apodo de la “Chata” debido a su pequeña nariz y su simpatía. Isabel se mostraba encantada con su mote cariñoso.

  • NACE SU HERMANO ALFONSO XII

Cuando la infanta contaba con 6 años de edad nace un 28 de Noviembre 1857 Alfonso XII. En esta ocasión el padre será otro de los amantes de la reina, el militar Puig Moltó. De esta forma la dinastía vuelve a estar en las manos de los hombres y la Chata pierde el título de princesa de Asturias para quedarse como infanta. Pero lejos de tenerle celos a su hermano, Isabel lo quiso con locura y fue una segunda madre para él.

ALFONSO XII CON SUS “PADRES
(España)
  • LA CHATA SE CASA SIN AMOR

Se casó, pero le costó, aunque pretendientes no le faltaron no tuvo buena suerte con ellos. Su madre, la reina Isabel II, con un cierto remordimiento de culpa, alimentado por su confesor, el padre Claret y la influyente Sor Patrocinio (la monja de las llagas) decide que su hija se case con Cayetano María, conde Girgenti. A ninguno de los novios les hizo ni puñetera gracia, pero no les quedó más remedio que ceder ante los intereses dinásticos porque habían sido educados para ello.

Cayetano era un príncipe exiliado, arruinado y feo pero honrado y para más inri tenía como mote el “gafe”.

Isabel aportó al matrimonio una buena dote, muy superior a la de Cayetano, cosa que hizo que este pusiera como condición de que el matrimonio llevara un nivel de vida acorde con su modesta (todo es relativo) economía. Esto hizo que Isabel tuviera que prescindir de su numerosa servidumbre. Llegó el 12 de mayo de 1868 y se dieron el sí quiero. Los días siguientes pasaron entre besamanos, banquetes, bailes y teatros aunque más que una boda parecía un funeral.

LA BODA DE LA CHATA
(España)

Después los novios emprendieron un largo viaje visitando a los parientes del novio en Roma. El viaje continuó por Viena y París donde reciben la noticia de la revolución “Gloriosa” que llevó al destronamiento y exilio de Isabel II. Cayetano como militar que era, se siente en la obligación de regresar a Madrid y ponerse al frente de su regimiento de los húsares, pero termina cayendo prisionero del general Serrano, (no sé si tendrá algo que ver que fuera gafe). La derrota le afectó de tal manera que se volvió cada vez más introvertido, y esto desembocó en el retorno de los ataques epilépticos que había sufrido de niño. Buscando los mejores especialistas, el matrimonio viaja a Alemania. Los doctores le recomiendan que lleve una vida tranquila y sosegada, por lo que la pareja se instala en Suiza. Isabel queda embarazada, siendo esto motivo de gran alegría para su marido, pero duró muy poco, porque Isabel tuvo un aborto. Esto conllevó el empeoramiento en la salud de Cayetano, hasta tal punto, que decide poner fin a su sufrimiento, suicidándose de un disparo. Isabel sólo tenía 19 años cuando se queda viuda. Nunca más se volverá a casar.

  • EL HERMANO: ALFONSO XII

Isabel II abdica en su hijo Alfonso XII. La Chata tiene ahora una misión, aconsejar junto con Cánovas del Castillo, a su hermano Alfonso, (un tanto juerguista aficionado a los “afters” nocturnos de Madrid), y colaborar en la restauración de los Borbones en España. La Infanta escribió: «Es necesario darse a conocer y que la Familia Real trabaje por el bien común».

El servicio a la Corona fue, para ella, fundamental. Puso todo su empeño en mejorar la imagen real. Para ello realizó una serie de viajes por toda España, como ya había hecho cuando era niña al lado de su madre. Isabel era consciente de su rango, pero a la vez amiga cercana. Su llaneza y la sinceridad la hizo próxima al pueblo, convirtiéndola en una persona muy popular y querida entre los españoles de toda clase social, en una España que empezaba a sentirse más republicana que monárquica. Ella fue la mejor “relaciones públicas” de la institución.

ALFONSO XII
(España)
  • EL SOBRINO: ALFONSO XIII

Alfonso XII muere inesperadamente a los 27 años, dejando una España convulsa y a su mujer, María Cristina de Habsburgo, embarazada de quien sería nombrado rey nada más nacer, Alfonso XIII. Este pronto seguiría los pasos de su padre en cuanto a la fiesta se refiere (debe ser algo genético…). A esto hay que añadirle turbios negocios. Por las calle se cantaban coplas alusivas a sus prácticas corruptas: “¡Alirón, alirón, Alfonsito es un ladrón!”. La imagen de rey se vio salpicada por diversos escándalos, vinculados a sus negocios turbios con empresarios internacionales del juego y la hostelería; y a las concesiones de ferrocarriles y monopolios. Abusando de su poder.

ALFONSO XIII
(España)

La labor de Isabel fue primordial, sus familiares la denominaban como «el sostén de la institución» para ello, Isabel volvió una vez más a recorrer el país de arriba a abajo, en una inagotable actividad institucional, a pesar de su ya avanzada edad.

La Chata, mujer de carácter generoso y popular, se sentía una madrileña más asistiendo a la romería de San Isidro en la Pradera, recorriendo verbenas y deteniéndose en humildes puestos a comprar botijos.

LA CHATA COMPRANDO BOTIJOS
(España)

Pero a pesar de su cercanía con el pueblo, poco pudo hacer ya para salvar la monarquía. Distintas turbulencias políticas como la sospecha de que el rey había vaciado las arcas públicas,  terminaron llevando a Alfonso XIII a abandonar el país junto a su familia. Se proclama entonces la Segunda República.

Con la familia real exiliada a la Chata es al único miembro de la familia real al que se le permite permanecer en España. Pero ella prefirió el destierro. Murió a los pocos días en París, a los 80 años de edad, víctima de una penosa enfermedad. Allí permanecieron sus restos hasta que en 1991, el Rey Juan Carlos I decidió traerlos de vuelta al Madrid bullicioso y castizo al que ella tanto amó.

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