En este post he querido reseñar los dos puntos que más me impactaron en mi visita a Cracovia y que no os debéis perder. Por un lado, las impresionantes minas de sal de Wieliczka y por otro, el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz.
- LAS MINAS DE SAL DE WIELICZKA
¿Quieres una boda original en un sitio especial? Quizás este pueda ser las minas de Sal de Wieliczka ya que disponen de catedral y lugar para banquetes dentro de la mina. No encontrarás un aire más puro que el de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978.
Wieliczka forma parte de las minas de sal más antiguas del mundo y han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII hasta el día de hoy. Se encuentran a una temperatura constante entre 14 y 16 grados.
Las minas, son conocidas con el sobrenombre de “la catedral subterránea de la sal de Polonia”, cuentan con una profundidad de 327 metros y una longitud de más de 300 kilómetros de laberínticas galerías (de las que sólo puedes recorrer 3.5km) a lo largo de los cuales se encuentran cámaras y capillas con hermosas figuras esculpidas que ilustran la historia de la minería de la sal.
En el recorrido se visitan más de 20 salas decoradas, lagos subterráneos, picos y palas de la época, y esculturas y bajorrelieves realizadas por los mineros con bloques de sal.
El punto más importante de la visita es la Capilla de St. Kinga, una sobrecogedora sala de 54 metros de longitud decorada completamente a base de sal.
LEYENDA DE LAS MINAS DE SAL
Se dice que la princesa húngara Kinga estaba a punto de casarse con el rey de Cracovia. Como regalo para su prometido, la princesa pidió a su padre, una mina de sal, porque la sal era escasa en ese tiempo en Polonia y muy apreciada. De hecho, la sal era tan valiosa o más que el oro. Su padre le concedió el deseo. Se dice que Kinga tiró su anillo en una de las minas de sal de su padre antes de abandonar Hungría. Al llegar a su nuevo destino, pidió que se excavara un profundo hoyo. Al hacerlo, se encontró el preciado mineral y envuelto en un cristal de sal del primer trozo extraído, el anillo de la princesa.
- EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE AUSCHWITZ
Cuando voy de viaje siempre busco lugares que se conviertan en futuros recuerdos, los rincones más bonitos, las historias más interesantes, la gente alegre… Pero este lugar es la antítesis de todo lo que me gustaría recordar, y sin embargo haciendo de tripas corazón lo visite. Pienso que todos deberíamos de visitar Auschwitz, una vez en nuestras vidas, porque es la forma de que nunca más se cometa semejantes barbaries. Es increíble lo despreciable que puede llegar a ser el ser humano… 1.300.000 personas perdieron su bien más preciado, la vida. Después de pasar por un lugar así ya nunca serás el mismo, no puedes quedarte indiferente, eres otra persona con una perspectiva de la realidad totalmente cambiada. Auschwitz es un gran museo de los horrores. Todo está enfocado en tragedia, muerte y destrucción. No hay ningún lugar para la esperanza ni para la ternura. Si algo te estremece en un lugar así son los detalles. Lo primero que me llama la atención es el irónico cartel de la entrada: “EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES”. Las estancias, algunas de ellas mantenidas como si acabaran de quedar vacías, las pilas de enseres de los prisioneros, tan cotidianos como lo que cualquiera llevaría en la maleta, las interminables vallas metálicas coronadas por alambres de espinas… No puedes evitar sentirte desolado. En un sitio así solo hay lugar para el silencio, sobrecogimiento y reflexión. Estamos acostumbrados a no asombrarnos, al ver imágenes trágicas en las noticias. La sensibilidad se pierde o se aletarga, como si viéramos una película de ciencia ficción que no va con nosotros, por eso creo que este lugar es una de las mejores formas de no olvidar los horrores de la Segunda Guerra Mundial para que nunca algo semejante vuelva a suceder.
- LA PLAZA DE LOS HEROES O DE LAS SILLAS
También conocida como Plaza Zgody o Plaza de las Sillas, la Plaza de los Héroes del Gueto es uno de los puntos más emblemáticos de Cracovia desde la Segunda Guerra Mundial. Es el homenaje a una historia que nunca se debe volver a repetir. La Plaza de las Sillas comenzó a ser llamada así en el año 2005, al colocarse unas esculturas de sillas en recuerdo de los judíos que fueron hacinados en el gueto de Podgórze. El 3 de marzo de 1941, empezó la operación de “limpieza”, que llevó a cabo el régimen nazi para separar a la población judía de la aria. En marzo de 1943, decenas de hombres, mujeres y niños fueron asesinados, tanto en sus casas como en las cercanías de la plaza. La función de este gueto era concentrar a los judíos en una zona alejada de la ciudad, amurallada o alambrada para impedir que escaparan. Estaban desprovistos de sus pertenencias, y vivían allí en condiciones infrahumanas hasta que eran deportados de forma masiva a los campos de exterminio de Plaszow y Auschwitz. Con este propósito, las personas de Podgórze eran citadas en la Plaza Zgody para un exhaustivo proceso de selección. Aquellas que estaban en condiciones de trabajar, eran trasladadas en trenes de ganado a dichos campos. Las pobres víctimas de la deportación eran dirigidas a las estaciones de Plaszow y Prokocirn y a las cámaras de gas de Belzec. Las víctimas tenían que pasar horas sentadas en el suelo de esta plaza, bajo el abrasador sol del verano de 1942 sin agua ni comida.
El monumento de las sillas es un homenaje donado por el director de cine Roman Polanski para recordar a los judíos que tuvieron que irse de sus casas con sus pertenencias a cuestas. Roman sobrevivió en este Gueto cuando era niño. La plaza está formada por 33 sillas grandes repartidas por el interior de la plaza y 27 sillas pequeñas que rodean el perímetro exterior. Cada silla es un recuerdo de la larga espera que las víctimas tenían que soportar para saber cuál sería su destino final.
- FARMACIA AGUILA
En la plaza también se encuentra la farmacia Águila que era propiedad de Tadeusz Pankiewicz, único polaco no judío, que tenía permiso de vivir en el gueto y quien ayudó a sobrevivir a muchos de sus habitantes proporcionándoles comida y medicinas. Los nazis dejaron que siguiera funcionando esta farmacia, por miedo a las enfermedades.
- FÁBRICA DE OSKAR SCHINDLER
Otra interesante visita en Cracovia es la famosa fábrica de la película la Lista de Schindler convertida en un museo.
Conocida a nivel mundial gracias a la película “La Lista de Schindler”, la Fábrica de Oskar Schindler forma parte de la historia del país debido a que su dueño empleó todas sus fuerzas para salvar el mayor número de vidas durante la ocupación nazi en Polonia. Afiliado del Partido Nazi en busca de oportunidades de negocio, Oskar Schindler fue un hábil hombre de negocios, reclutado por las SS, como informante, algo que le permitió crear un vínculo con las altas esferas nazis.
Durante la invasión de Polonia Schindler adquirió una fábrica de ollas en la que decidió producir utensilios de campaña. Debido a que la mano de obra alemana era demasiado cara, decidió seleccionar a sus trabajadores entre los judíos que se encontraban en el campo de trabajo de Plaszow. A medida que conocía más detalles sobre el atroz modo en el que los nazis trataban a los judíos, Schindler comenzó a tomar conciencia y negoció para que sus trabajadores pudieran mantenerse alejados de Plaszow dándoles cobijo en la fábrica. Llegó un momento en el que la fabricación de ollas dejó de ser rentable, por lo que comenzó la construcción de cápsulas de proyectiles para lo cual dio órdenes de que una parte de ellos fueran defectuosos. Schindler logró proteger a los trabajadores de su fábrica para que no acabaran en los campos de exterminio, salvando a más de 1.200 personas.
La exposición muestra la historia de la ciudad desde finales de 1939 hasta la “libertad” de la época comunista, en la que se vio sumergida cuando finaliza la guerra. El recorrido a través de la fábrica muestra exposiciones, reconstrucciones, imágenes y sonidos capaces de transportar a sus visitantes hasta el duro periodo que los judíos vivieron en Polonia durante la ocupación nazi.
Auschwitz-Birkenau son dos campos de concentración diferentes, ubicados en Osweçim, a unos 70km de Cracovia.