El día 5 de Julio es el día Mundial del Bikini.
¿Te has preguntado alguna vez por qué una simple prenda de baño femenina tiene un día Mundial?
Y es que esta prenda tendría mucho que ver con el inicio la revolución sexual femenina nivel mundial.
LA POLICIA DE PLAYA
Hoy para muchas mujeres, afortunadamente, es impensable lo que pasaba hace apenas un siglo. Existían policías de playa que velaban por la moralidad, con un metro en la mano median el trozo de muslo que dejaba ver el traje de baño. Si superaba los 15cm desde la rodilla invitaban a la mujer a taparse y se oponía tenía que abandonar la playa o terminaría en la comisaria. Esto sucedía en playas de Nueva York o de la Florida.
En la época victoriana (siglo XIX) las mujeres se bañaban en el mar llevando engorrosos vestidos y pantalones de baño que en muchas ocasiones eran de lana. Lo que debía de pesar eso cuando se mojara…
LA PIONERA
El primer avance hacia la revolución del bañador femenino lo dio, en EE.UU, una actriz y nadadora australiana llamada Annette Kellerman, en 1907, cuando apareció en la playa de Boston vestida con un traje de baño de una sola pieza revindicando que las mujeres también tenían derecho de usarlo. Fue detenida y llevada a comisaria por escandalo pero fue tal el revuelo mediático que ocasiono su detención que consiguió que muchas mujeres la imitaran, logrando así ganar una pequeña revolución. Annette Kellerman revolucionó la moda del baño comercializando estos trajes de baño con su nombre, creando su propia marca.
EL BIKINI
El invento de esta revolucionaria prenda tuvo lugar un 5 de julio en la piscina Molitor de París. El inventor fue un ingeniero llamado Louis Réard, quien presentó esta prenda de dos piezas utilizando una “stripper” como modelo, Micheline Bernardini, ya que ninguna modelo “decente” había aceptado enseñar el ombligo. Es ella la que dio nombre a la prenda al decir que “sería más explosivo que la bomba de Bikini”, en referencia a las pruebas nucleares que días antes el ejército norteamericano había realizado en este pequeño atolón del Pacífico. Efectivamente cayó como una bomba con mucha repercusión mediática.
Corría el año 1946 y Europa terminaba de salir de la Segunda Guerra Mundial y el decoro se imponía.
En 1951 se prohíbe desfilar en bikini en los certámenes de belleza tras la victoria de la sueca Kiki Hakansson proclamándose Miss Mundo luciendo un bikini.
El papa Pio XII, escandalizado ante tamaño atrevimiento marco una pauta que prohibía el uso de los indecorosos bikinis, siendo secundada por algunos países católicos como: España, Italia, Bélgica y Portugal.
LA INFLUENCIA DEL CINE
Las actrices salían en la gran pantalla usando bañador por exigencia del guion como el caso de Ester Williams, en los que siempre hacia papeles en los que la excusa era nadar.
En otras ocasiones el guion exigía, eso sí, un bikini lo suficientemente decoroso que no enseñara el ombligo como en algunas películas de la sexy actriz Marilyn Monroe.
LLEGAN LOS 60
Una década de rebeldía, innovación y grandes cambios sociales. Llegan los Hippies, drogas, sexo…y la liberación femenina sacude el mundo.
Un claro exponente del momento es la actriz francesa Brigitte Bardot luciendo bikini sin pudor de enseñar el ombligo, en las playas de Cannes y en varias de sus películas. Las mujeres francesas fueron las pioneras en llevar bikini imitando a la popular actriz.
SPAIN IS DIFERENT
En España la llegada del bikini sería a través de Santander.
En los años 60 empiezan a llegar los turistas al país y con ellos los primeros bikinis. Como ya comenté en el post “LOS BAÑOS DE OLA DE SANTANDER”, llegaban las francesas a estudiar español en la Universidad de verano y acudían a la playa con esta ropa escandalosa, para una sociedad católica, franquista y machista como era la española en ese momento. Pero como dijo el poeta, Francisco de Quevedo, “PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO” y el turismo traía y mucho. Así que poco a poco el turismo fue estableciéndose como un motor importante para la economía del país y con ello España empezó a abrirse al mundo, también de pensamiento.
Las tres ciudades españolas que se saltaron la prohibición de Franco contra el indecoroso bikini fueron: Santander, Benidorm y Marbella. Estos serian los primeros lugares en recibir y dar la bienvenida a las turistas en bikini.
EL FENÓMENO DE BENIDORM
Un alcalde afín al régimen de Franco, llamado Pedro Zaragoza, convirtió un pequeño pueblo pesquero de la costa valenciana en la meca del turismo de masas de sol y playa en Europa. Este valiente alcalde se atrevió a enfrentarse a Franco y a la Iglesia, que había iniciado un proceso para excomulgarlo a raíz de la denuncia de varios vecinos. Y, además, se atrevió a coger una Vespa para viajar a Madrid con el fin de hacer entender al mismísimo dictador su propósito. Pese a todos los obstáculos el alcalde consiguió un decreto para autorizar el uso del bikini en las playas de su pueblo que aspiraba a convertirse en una potencia turística de primer orden.
En esta etapa, el cine español de humor, se dedica hacer películas en la que se muestra la reacción de la sociedad española ante el boom turístico en las playas.
AÚN QUEDA CAMINO
Aún queda camino por recorrer en la libertad de la mujer, sobre todo en países islámicos, en los que a las mujeres se las obliga a bañarse con burkinis. Aunque las mujeres musulmanas digan que es lo que quieren, a nosotras las occidentales, nos cuesta entenderlo, pues es una prenda que debe de dar bastante calor, en unos países cuyas temperaturas en verano pueden llegar a alcanzar los 48º.
AGRADECIMIENTO
Las españolas debemos de acordarnos que nosotras también tuvimos un pasado en una sociedad machista, en la que la mujer casada no tenia derecho a tener bienes propios. El marido era su representante legal y no podía tener una cuenta corriente ni compra ni vender sin su autorización. Solo podía trabajar fuera de casa si era soltera, viuda o muy necesitada…
Debemos sentirnos muy agradecidas con todas esas mujeres que lucharon porque hoy nosotras vivamos en una sociedad más igualitaria en la que podemos llevar bañador, trikini, bikini, tanga o lo que nos dé la gana.